Josefa del Valle

Benidorm

 

 

 

 

Benidorm

 

 

 
 

 

ciudad singular
singular town

Existe en la actualidad entre los profesionales de la arquitectura un interés por la modernidad, en especial, por aquella obra que se proyectó y construyó durante la segunda mitad de los años cincuenta y los años sesenta del siglo XX. Este es un fenómeno debido tanto a su vigencia estética como a su capacidad operativa, en relación con las doctrinas que han tratado de reemplazarla y ha permitido realizar una mirada retrospectiva hacia la obra de determinados arquitectos que, si bien fueron valorados en su día por su competencia profesional, no recibieron nunca el merecido reconocimiento crítico por su obra.

A excepción de ciertos edificios aislados en las principales ciudades y zonas turísticas del litoral, la arquitectura que se realiza en aquellos momentos, queda al margen de la atención de críticos y medios de difusión especializados en la España de la segunda mitad del siglo XX.

En ciudades como Alicante, Castellón y Valencia se observa la presencia de nuevas y originales aportaciones constructivas y arquitectónicas, propiciadas por una generación de arquitectos formados en las universidades de Barcelona y Madrid durante el periodo de los años 30 y 40, que acabarán estableciéndose en sus ciudades de origen. Estos arquitectos introducen paulatinamente los nuevos valores constructivos y visuales a través de unos criterios, asumidos y personalizados, que aprendieron de la arquitectura que se estaba realizando en otros países. Proyectos arquitectónicos que en aquellos momentos tienen ya la denominación de Arquitectura Internacional y que suponen una referencia relativamente segura hacia un cambio cultural del nuevo modo de proceder en la definición y construcción arquitectónica.

Ya en el año 1932, H. R. Hitchcok y Ph. Johnson, sugirieron la denominación “Estilo Internacional” para referirse a este modo de proceder en la concepción formal arquitectónica. Un hecho que nos permite vislumbrar su extensa difusión y aceptación al observar además la obra arquitectónica europea y americana de aquellos años, y por tanto, que se plasmará en el futuro como una referencia más que válida.

Dicho calificativo de “Internacional”, según señala Helio Piñón en el marco teórico del curso La Forma y la Mirada1, “se ajusta más a una universalidad de principios en que se apoya tal modo de concebir, que a la presunta indiferencia de tal arquitectura a los lugares y las culturas en donde aparece”.

Una opinión bastante generalizada, apunta una crítica a este nuevo modo de proceder, en el sentido de que se acusa a este tipo de arquitectura de partir ya desde sus inicios, durante el bagaje del proyecto, de estar descontextualizada, de no tener en cuenta su inserción en el medio. El análisis del contenido que da lugar a la solución formal última se deja a un lado. Queda una sensación en un observador no entendido, de frialdad hacia el resultado observado cuando en realidad es el análisis de su configuración el que nos hace apreciar el resultado formal. Ch. E. Jeanneret y A. Ozenfant en Après le Cubism2, nos guían en dicho análisis. Nos señalan las características de arte nuevo; la Universalidad, junto con la Economía, la Precisión y el Rigor.

Si analizamos el panorama artístico español en las décadas de los 40 y 50, se observa durante los años 40 una definición del nuevo perfil artístico, que tal y como indica Gabriel Ureña en Las Vanguardias Artísticas en la Postguerra Española 1940-19593, muestra una “visión moderna de la estética que propiciará en la siguiente década un ambiente proclive a la vinculación de artistas españoles al Movimiento Abstracto Internacional”.

Surge una permeabilidad de influencias extranjeras en nuestro país e incluso esfuerzos de las autoridades artísticas españolas por dar a conocer estas novedosas tendencias artísticas. Aportamos al mundo artístico un auge de grupos abstractos diseminados por todo el ámbito territorial español, entre los cuales tenemos, en Valencia concretamente, el grupo Parpalló y el Movimiento Artístico del Mediterráneo.

A su vez en el ámbito de la arquitectura y del urbanismo ejercitamos la aplicación de las nuevas tendencias, en la reconstrucción y la ampliación de nuestras ciudades, así como en la definición de los nuevos núcleos de población destinados al turismo.

El desarrollo de la idea de forma como relación, liberada de la jerarquía clasicista, y la diversificación de soluciones arquitectónicas creadas más allá de nuestras fronteras, también se ha trasladado a las escuelas de arquitectura de nuestro país y a los profesionales ejercientes en aquellos momentos. Es un hecho que la industria editorial sudamericana contribuirá en gran medida a que los estudios y publicaciones que se realizan sobre las mismas encuentren fácil difusión.

Durante el periodo de los años 60 y 70, se inicia un importante desarrollo constructivo vinculado a la actividad turística. Proceso que da acceso a la aplicación de las nuevas formas en desarrollo en diversas áreas del arco Mediterráneo.

El modo de configuración de las nuevas ciudades preocupa a los profesionales. Encontramos artículos de opinión al respecto en las revistas del momento. Un ejemplo es el discurso planteado por el arquitecto Juan Gomez y G de la Buelga, en su artículo “El espacio habitable”4. En alusión a un artículo anterior de Oriol Bohigas respecto a nuestras ciudades, afirma que “la ciudad debe concebirse plásticamente como un conjunto de espacios definidos por los edificios que lo contornean”... En él aporta algunas reflexiones en cuanto a la habitabilidad de los espacios públicos y las prioridades en la definición de estos espacios:

“Es el espacio el que define la habitabilidad de las ciudades, el que las hace agradables o ingratas, el que da a los diferentes barrios su carácter de tranquilos, bulliciosos, grandiosos, etc... Me refiero naturalmente al aspecto sensitivo, no al formal, porque entiendo que aquél es el que determina inconscientemente la impresión en las personas. El tratamiento de los edificios es la segunda determinante a mi modo de entender, en orden de importancia. Aunque sí es fundamental para definir el carácter de la ciudad, para darle su personalidad. (...)

Así como el espacio familiar es el patio, así las calles y los diversos recintos de las zonas residenciales deberán ser acogedores, “habitables” para los vecinos de la barriada, y, sin embargo los de las áreas comerciales pueden y deben ser concebidos a la escala de masas. Es la función, en una palabra, la que debe determinar las características de los diferentes espacios de la ciudad, y siempre que no se pierda este sentido de dimensionado del espacio se obtendrá una adecuación o un fracaso”.

Si seguimos este discurso planteado, la determinación de la escala de los diferentes espacios de las ciudades y la relación de proporcionalidad entre cada uno de ellos es primordial para conseguir catalogarlos como espacios habitables. Dejamos en un segundo plano el tratamiento que debemos imprimir en los edificios que se implanten en estos espacios de nueva creación, sin dejar de valorar la importancia de su configuración última para la caracterización del lugar.

Benidorm, Calpe, Denia o Javea, en la zona de la Comarca de la Marina, en Alicante, Benicasim en Castellón y Gandia en Valencia, son un ejemplo de ciudades vinculadas a la actividad turística a que hago referencia. La expansión de estas poblaciones se da con “modelos” urbanísticos desiguales, si bien la singularidad de Benidorm con respecto a las anteriormente citadas es claramente identificable. Las características geográficas del término municipal de la localidad son determinantes de su éxito. La gran intervención que supone en su momento la ampliación de el área urbana de la ciudad se basa en un “concepto” claro de lo que se pretendía, una gran ciudad turística y a ello se enfoca su planificación.

An interest in modernism, particularly the works that were designed and built in the second half of the 1950s and in the 1960s, is currently in evidence in the architectural world. The reasons lie in the aesthetic validity and operative capacity of modernism, in comparison with the doctrines that attempted to replace it. This interest has made it possible to take a retrospective look at the work of certain architects who, although valued in their day for their professional competence, never received the critical recognition they deserved for their work.

Except for certain isolated examples in the main cities, towns and tourist areas along the coast, the architecture of that period escaped the attention of the critics and the specialist media in Spain during the second half of the 20th century.

Cities such as Alicante, Castellón and Valencia have original, novel contributions to building and architecture that were brought about by a generation of architects who trained in Barcelona or Madrid in the 1930s and 40s and eventually set up in practice in their home towns. Through criteria which they adopted and personalised, they gradually introduced the new building and visual values they learnt from the architecture that was being built in other countries. These works, which had already become known as International Modern architecture, were a relatively safe reference to a cultural change in the new way of going about defining and building architecture.

In 1932, H. R. Hitchcock and P. Johnson coined the term ‘International Style’ to refer to this way of addressing the formal conception of architecture. This gives an idea of its widespread expansion and acceptance, in view also of the works of architecture being built at the time in Europe and America, and, consequently, of how it was later to manifest itself as an extremely valid reference.

As Helio Piñón pointed out in the theoretical framework of a course on Form and Looking1, the adjective ‘international’ “responds more to a universality of principles on which this way of conceiving is based than to the presumed indifference of such architecture to the places and cultures in which it appears”.

A fairly widespread opinion signals a criticism of the new form of proceeding, in the sense of accusing this type of architecture, from its inception even, during the background to the design process, of being divorced from its context, of not taking insertion into the environment into account. The analysis of content that gives rise to the final formal solution is left aside. The feeling that remains with the non-expert observer is one of coldness towards the observed result, when in fact it is the analysis of its configuration that enables the formal result to be appreciated. C.-E. Jeanneret and A. Ozenfant’s Après le Cubisme2 is a guide to such an analysis. The authors point out the features of new art: Universality, together with Economy, Precision and Rigour.

Looking at the Spanish art panorama of the 1940s and 50s, in the 1940s we find a definition of the new artistic profile as displaying a “modern view of aesthetics which, in the following decade, was to foster a favourable environment for Spanish artists to connect with the international abstract movement”, as Gabriel Ureña notes in his work on the art vanguards in the Spanish post-war years of 1940-19593.

Spain developed a permeability to foreign influences, to the point where even the authorities made efforts to publicise the new trends in art. It also gave the art world a wave of abstract art groups throughout the country, including, in Valencia, the Parpalló Group and the Movimiento Artístico del Mediterráneo.

In the spheres of architecture and town planning, the new trends were applied to rebuilding and extending towns and cities and to defining new population nuclei for tourism.

The development of the idea of form as relation, freed from the classicist hierarchy, and the diversification of architectural solutions created beyond the borders of Spain were also transmitted to the schools of architecture and to the architects who were practising at the time. It is a fact that the South American publishing industry contributed to a large extent to enabling the studies and publications on the subject to spread with ease.

The 1960s and 70s saw a considerable growth in building linked to tourism. This process gave an opportunity to apply the new forms that were developing in various areas of the Mediterranean arc.

The way to shape the new towns was of concern to the profession. Editorials on the subject appeared in the magazines of the time. One example is the discourse suggested by the architect Juan Gomez y G de la Buelga in an article entitled Habitable Space4. Alluding to a previous article by Oriol Bohigas on the subject of towns and cities in Spain, he said that “the city should be conceived, plastically, as a collection of spaces defined by the buildings that surround them”. In this article, he contributed some reflections on the habitability of public spaces and the priorities in defining them:

It is space that defines the habitability of cities, that makes them pleasant or disagreeable, that gives the different neighbourhoods their quiet, bustling, grandiose, etc. character. I refer, of course, to the sensory rather than the formal aspect, as I believe it to be the former that unconsciously determines the impressions made on people. The treatment of the buildings is, as I see it, the second determining factor in order of importance. It is, however, fundamental for defining the character of the city, for giving it its personality (...)

Just as the courtyard is the family space, the streets and the various enclosures of the residential areas should be welcoming and ‘habitable’ for the local residents, yet those of the shopping areas can and should be conceived on a mass scale. In other words, it is the function that should determine the characteristics of the different spaces of the city and provided that this sense of the dimensionality of space is not lost the result will be fitting, or it will be a failure”.

Following this line of discourse, determining the scale of the different spaces of a town and the proportionality between each of them is essential if they are to be classed as habitable spaces. The treatment to be given to the buildings implanted in these new spaces may be left in the background for now, but the importance of their eventual configuration for the characterisation of the place must not be left out of the equation.

Benidorm, Calpe, Denia or Javea in the Marina district of Alicante province, Benicasim in Castellón province and Gandia in Valencia province are all examples of towns linked with tourism. Their expansion has followed different town planning ‘models’ but compared to the others, the singularity of Benidorm is clear. The geographical features of its municipal area are decisive for its success. The major intervention that the expansion of its urban area involved at the time was based on a clear ‘concept’ of the aim, a great tourist city, and its planning focused on this aim.

The plan was drawn up by Francisco Muñoz and Luis Rodríguez in 1951-1956, with modifications in 1958-1963 to increase the densities and the open building areas, freeing up the height limits in the new town and garden city areas5.

Benidorm’s plan introduced a growth model intended for rapid, orderly growth as a solution to the great influx that the tourist industry was expected to generate, organising the town’s expansion on the basis of two main grids connected to the existing urban centre. The more detailed of the two, initially, was the Playa de Levante or east beach, which is where consolidation of buildings along the seafront mainly began, shaping today’s well-known skyline as seen from the beach.

The plots are rectangular, with their longer side perpendicular to the beach and access from two roads. Most of the blocks are sited on the lower edge, parallel to the beach, and all the more so when the plan was modified to remove the maximum height limitation, allowing all the permitted surface area to be placed at the front. As a result, the height of the buildings increased until it exhausted all the permitted surface area with views out to sea. This simple decision had a knock-on effect on the definition of public space, as in the roadways, both pedestrian and for vehicles, the symmetry is broken by the uneven siting of the buildings in the plots.

The grid of the Playa de Poniente or west beach was developed later and followed different parameters. The grid is not so evident, which is one of the reasons why it is impossible to eliminate wheeled traffic along the seafront.

Walking around the streets of ‘tourist’ Benidorn and pausing in the Playa de Levante extension area, it can be seen that the wide avenues are of a size which still fulfils the function for which they were created, even on days when the traffic is heavy.

 

 

 

Un planeamiento creado por Francisco Muñoz Llorens y Luis Rodríguez Hernández en 1951-1956, con modificaciones realizadas en 1958-1963 para aumentar las densidades y las zonas de edificación abierta, liberando la altura en la zona del ensanche y en la ciudad jardín5.

Se implanta con ello un modelo de crecimiento previsto para una expansión rápida y ordenada que soluciona la gran afluencia prevista por la industria turística que se generaría, organizando la ampliación del municipio según la disposición de dos retículas principales entre el casco urbano existente por aquel entonces. La mas detallada inicialmente es la de la playa de Levante y es sobre la que se inicia principalmente la consolidación de edificaciones en primera línea de mar, configurando el actual y tan bien conocido perfil desde la playa.

Las parcelas son rectangulares, con la longitud mayor en el sentido perpendicular a la playa y con acceso a la parcela desde dos viales. La disposición de los bloques se apoyará mayoritariamente en el lado inferior, paralelo a la playa y con más razón cuando en la modificación del planeamiento se anula la limitación de la altura máxima de las edificaciones que permite que toda la edificabilidad esté consumida en el frente. Aumenta por tanto la altura del edificio hasta consumir la edificabilidad permitida y con vistas al mar. Esta sencilla decisión repercute en la definición del espacio público puesto que en los viales de circulación, tanto de tráfico rodado como peatonales, la simetría se rompe con la dispar disposición de la construcción en las parcelas.

La retícula de la playa de Poniente se desarrolla con posterioridad y según unos parámetros diferentes. No es tan evidente la retícula, y es una de las causas de la imposibilidad de anular el tráfico rodado por la primera línea de playa.

Si recorremos las calles de la Benidorm “turística”, y nos detenemos en la zona de ampliación de la playa de Levante, podemos observar avenidas amplias en las que, aun hoy, su dimensión cumple la funcionalidad para la que fueron creadas, incluso en días de gran afluencia de tráfico.

Las vías principales y secundarias están organizadas tanto para el tráfico viario como para los peatones, encontrando aceras amplias en el que el arbolado está muy presente y viales peatonales perpendiculares a la costa de acceso a la playa de Levante. Organización que es prácticamente inexistente en las ampliaciones realizadas en otras poblaciones durante el mismo periodo.

Con independencia de las causas económicas y lúdicas que puedan incitar a la gente a acercarse a Benidorm, se percibe que la configuración de sus paseos y viario invita a los visitantes a recorrer sus calles. Es difícil imaginar sus calles de sin una gran afluencia de gente en ellas, paseando, no solo en el vial peatonal de la playa, sino también por toda la zona comercial circundante. Esa configuración, no solo de su trama urbana, sino también la definición de la misma y las diferentes relaciones con las edificaciones existentes, posibilita que hablemos de la ciudad de Benidorm como de una ciudad “habitable”6, según lo expuesto por el arquitecto Juan Gomez y G. De la Buelga.

Si enfocamos nuestro punto de vista hacia su segunda prioridad, las edificaciones, observamos que en su planeamiento, se permiten soluciones arquitectónicas diferentes al resto de poblaciones, al decidirse desde un principio y de forma sistemática, por edificaciones en altura dispuestas en la parcela mediante estudios de configuración volumétrica. Esto deja un mayor grado de libertad en el momento de definir cada uno de los proyectos y permite que los profesionales del momento, con buen criterio en el momento de materializar la edificabilidad que las ordenanzas autorizaban, prioricen la distribución de una buena parte de la parcela para aparcamiento y zona de esparcimiento de modo que se establezca un equilibrio entre los edificios construidos en altura y el espacio que los distancia.

La ciudad es el resultado de una conjunción de decisiones, de las cuales las primordiales o los puntos de partida son la definición de la trama urbana y la determinación de la volumetría máxima permitida en cada una de las zonas parcelables, con parámetros de alturas máximas y limitaciones de separaciones a lindes de la parcela. El tipo de ordenanzas, no excesivamente restrictivas en cuanto a la formalización de las edificaciones, junto a la profesionalidad reflejada en las soluciones formales, son los últimos elementos a conjugar.

The main and secondary roadways are organised for both road traffic and pedestrians, who find wide pavements with quantities of trees and pedestrian roadways perpendicular to the coast for accessing the Playa de Levante. This arrangement is practically non-existent in the extensions of other towns and villages dating from the same period.

Regardless of the economic and leisure reasons that draw people to Benidorm, the layout of its promenades and roads are perceived as inviting visitors to explore its streets. It is difficult to imagine its streets without large numbers of people, walking around not only on the pedestrian road along the beach but also throughout the surrounding shopping area. This configuration, not only of the urban layout but also of its definition and the different relations with the existing buildings, makes it possible to speak of the town of Benidorm as a ‘habitable’ town6, following Juan Gomez y G. de la Buelga.

Focusing now on this author’s second priority, the buildings, we find that Benidorm’s town plan allows different architectural solutions to those of other towns or villages, as from the start, systematically, it opted for high-rise buildings sited in the plot using volume configuration studies. This allowed a greater degree of freedom in defining each of the projects and allowed the architects of the day, with sound judgement when it came to materialising the surface area permitted by the local regulations, to give priority to using a large part of the plot for parking and leisure activities, creating a balance between the high buildings and the space that sets them apart.

The town is the result of a combination of decisions. The fundamental ones, the starting points, are the definition of the urban layout and the maximum permitted volume in each of the buildable areas, with maximum height parameters and rules about distances from plot boundaries. The last factors in the equation are the type of regulation, not excessively restrictive as regards the formalisation of the buildings, and the professionalism reflected by the formal solutions.

Neighbouring municipalities later attempted to adopt this will to plan, but apart from lacking a place with the same geographical characteristics, and their occupancy and buildings being on a smaller scale, they did not transfer the fundamental initial factor: due proportion between the urban layout and the buildings permitted and considering public space not only from the point of view of wheeled traffic but also from that of the pedestrian, who is, in reality, the person who is going to be experiencing life in the town. The lack of balance between public and private led to a loss in quality of the space generated in both spheres.

It is the result of a different concept of land use, governed by priorities of maximum use at minimum cost. This reading can even be made in the extension of the present-day town of Benidorm.

In the 1960s, on analysing the repercussions of seasonal tourism it was evident that the two basic reasons that brought large numbers of tourists to the tourist areas along the Mediterranean coastline were the sun and the sea.  An article on town planning and tourism in Spain by the architect Federico Correa7 contains some reflections on the subject and even suggests the solution adopted in the Torre Valentina complex by José Antonio Coderch as an example to be borne in mind - certainly a far cry from the Benidorm town planning model.

From either of the two far points of Benidorm’s shoreline area, in other words the northern end of the Playa de Levante and the southern end of the Playa de Poniente, it will be seen that the first buildings to be constructed along the seafront, where the process of shaping the town began, set the criteria that those built later were to fall back on and which give the whole its personality.

The buildings rise parallel to the beach and the seaward-looking façade opens to the sun and the sea, giving visual access and taking the sunlight into the tourist apartments.

The rear façade, with views of the Puigcampana hill, is not the view that is emphasised. The sea is the priority, the rear is ‘relegated’ to an ‘inner courtyard’ treatment, containing the circulation areas, whether stairs or galleries giving access to the different apartments in the building, and the ventilation of the kitchens and bathrooms.

Openings, stairs and corridors (external or internal) are therefore found on the rear façades and great balconies and openings in the plane of the façade on the front ones. Horizontality is very patent in the shaping of the ‘seaward façade’ which, owing to its simplicity and quality, leaves the bearing structure, both of the building itself and of the great balconies,  almost recognisable from the exterior. Rigour and economy of means begin to be glimpsed from the first.

The balconies have a double purpose: the functional one of shading the interior of the apartments, motivated by the need to make the great majority of the main façades south-looking, and the advantage of a private space that also allows access to the sun and a view of the sea after the beach ‘session’ is over.

It is a repetitive scheme that stamps a certain homogeneity on the town despite the diversity of formal solutions, shapes and heights.

Esta voluntad de ordenación del territorio lo intentan adoptar posteriormente municipios colindantes, aunque con independencia de la carencia de un lugar con idénticas características geográficas y de la inferior escala tanto de la ocupación como de las edificaciones, no trasladan el elemento primordial inicial, que es la adecuada proporcionalidad de la trama urbana con las edificaciones permitidas y el tener en cuenta el espacio público no solamente desde el punto de vista del tráfico rodado si no también del peatón, quien es en realidad el que va a vivir la ciudad. La ausencia del equilibrio entre lo público y lo privado repercute en una consecuente pérdida de calidad del espacio que se genera en ambas esferas.

Esto es consecuencia de un concepto diferente del uso del territorio que se rige con prioridades de aprovechamiento máximo y mínimo coste. Incluso en la ampliación del actual municipio de Benidorm se puede realizar esa lectura.

En los años 60, al analizar la repercusión del turismo estacional, era evidente que las dos razones básicas que propiciaban su afluencia a las zonas turísticas del litoral mediterráneo, eran el sol y el mar. El artículo “Consideraciones sobre el urbanismo en relación el turismo en España”, del arquitecto Federico Correa7, hace algunas reflexiones al respecto, e incluso se plantea como un ejemplo a tener en cuenta la solución del complejo de la Torre Valentina realizado por José Antonio Coderch, que desde luego, dista mucho del modelo urbanístico de Benidorm.

Si observamos desde cualquiera de los dos puntos extremos de la zona costera de la ciudad de Benidorm, es decir, desde los extremos norte de la playa de Levante y sur de la playa de Poniente, vemos que los primeros edificios construidos, localizados en las primeras líneas de costa, por donde se inicia el proceso de configuración de la ciudad, establecen los criterios en los que se apoyan los edificios que se construirán posteriormente y que le imprimirán conjuntamente su personalidad.

Se dispone la edificación en paralelo a la playa, la fachada al mar es la que se abre al sol y al mar, permitiendo el acceso visual al mismo y el soleamiento interior de los apartamentos turísticos.

La fachada posterior, con vistas al monte Puigcampana, no es la visión privilegiada del lugar, la prioridad es el mar, por lo que esta queda “relegada” a un tratamiento de fachada de “patio interior”, disponiendo en ellas las zonas de circulación, ya sea escaleras o pasillos de acceso a los diferentes apartamentos del edificio como la ventilación de las zonas húmedas.

Por tanto huecos, escaleras y pasillos tanto exteriores como interiores en las fachadas posteriores y grandes balconadas y aperturas del plano de fachada en las fachadas anteriores. La horizontalidad queda muy patente en la configuración de la “fachada al mar” y esta a su vez por su sencillez y claridad deja prácticamente reconocible exteriormente la estructura portante, tanto del edificio como de las grandes balconadas. El rigor y la economía de medios comienza a vislumbrarse en las primeras intervenciones.

Las balconadas tienen una doble función, la funcionalidad de la protección solar en el interior de los apartamentos, motivada por la necesidad en su gran mayoría de la orientación a sur de dichas fachadas principales y el interés por un espacio de recogimiento privado que también permita ese acceso al sol y la visual de mar, una vez terminada la “sesión” de la playa.

Es un esquema repetitivo que le imprime un carácter de homogeneidad a la ciudad, dentro de la diversidad de soluciones formales, volumetrías y alturas.

Con la posterior tendencia del cierre de los balcones se ha perdido la lectura tan evidente de horizontalidad de la configuración de las fachadas y por tanto una pérdida de la concepción inicial de los edificios. Esto repercute en una segundo aspecto, que es la decisión tomada en los edificios más recientes de configurar la fachada totalmente cerrada, aunque con grandes áreas de acristalamiento, con la consecuente sensación de masificación y pesadez del volumen edificatorio. Solución que en la actualidad está siendo la generalizada y por la que se está perdiendo el carácter inicial de la ciudad turística. Hay que tener en cuenta que Benidorm no es solamente la suma de edificios en altura.

Son muchos los edificios que se construyen durante la década de los años 60 en la ciudad con los criterios anteriormente citados. Los arquitectos proceden de las grandes ciudades, Alicante y Valencia, e incluso Castellón, puesto que era el lugar de procedencia de los promotores que en aquellos momentos son principalmente privados.

Con independencia de la popularidad de alguno de los profesionales de la arquitectura del momento, entre los que están Juan Guardiola Gaya con la “Torre Coblanca nº 1” (1963-66), en la Avenida de Alcoy, Luis Jiménez de la Iglesia con los “Apartamentos Iberia” (1964-67) en la Avenida de Alcoy y J. Antonio García Solera con el “Hotel Don Pancho” (1969-71) en la Avenida del Mediterráneo, cabe incidir en la profesionalidad de los arquitectos que ejercen en aquella época. Ejemplos como los apartamentos Brasilia en la Playa de Poniente, la decisión de la organización de los bloques del Hotel Belroy Palace o las construcciones de vivienda social entre las que se encuentran los Edificios Paymon, entre otros, precisan de un estudio pormenorizado para poderse valorar y realizar una apreciación crítica de la evolución desde sus inicios de la ciudad.

Nuestro territorio ha sido el gran olvidado y es con la distancia temporal con la que a veces hay que contar para poder apreciar y distinguir qué es lo que tenemos a nuestro alrededor. Los edificios construidos durante este periodo se configuran, supuestamente, según las normas del “estilo internacional”, aunque la observación nos confirma que pocos de ellos han conseguido regirse por sus parámetros. Las soluciones arquitectónicas que se generan en la población de Benidorm, así como en otras poblaciones de similares características turísticas, es posible que no sean de la importancia de las realizadas por algunos de los arquitectos españoles o internacionales del momento, pero son parte de nuestro legado histórico. Tienen su génesis en la observación y puesta en práctica de las soluciones arquitectónicas llevadas a cabo por los profesionales de la arquitectura, tanto a nivel nacional como internacional en un periodo de grandes cambios en el//// área del arte y la arquitectura.

El auge turístico y el crecimiento de ciertas poblaciones empuja a que la traslación del nuevo modo de hacer se produzca con una cierta celeridad, lo que aporta a nuestro territorio unas soluciones formales que dependen mucho de los materiales y la tecnología disponible pero sobre todo de la interacción de los proyectos realizados en un mismo periodo.

En el texto “La Perspectiva Invertida”8, Pàvel Florenski nos señala:

“suavemente, como el plato giratorio de un fonógrafo, se desliza la aguja de la visión cristalina a lo largo de los surcos de las líneas y de las superficies de las imágenes y en cada punto se suscitan en el espectador las vibraciones correspondientes y en verdad son precisamente estas vibraciones lo que constituyen el FIN”.

Los elementos son diversos en la arquitectura, no estamos hablando de las líneas o de las superficies de las imágenes, pero podemos trasladar estas mismas palabras “deslizando la visión cristalina a lo largo” de la estructura y los planos definitorios del volumen construido y las relaciones entre cada uno de los elementos que lo conforman. Es importante saber identificar cual es la obra arquitectónica con “carácter”, que nos “suscite las vibraciones correspondientes” y desentrañar cual es su razón de ser y cuales son los criterios en lo que se apoya para su configuración final.

With the later tendency to close off the balconies, the very evident reading of horizontality in the configuration of the façades has been lost and with it, the initial conception of the buildings. This has repercussions for a second aspect, which is the decision in the most recent buildings to totally close off the façade, although with large areas of glazing, leading to the building volume feeling overcrowded and heavy. It is currently being the usual solution and as a result, the initial character of the tourist town is being lost. It should be borne in mind that Benidorm is not just the summation of high-rise buildings.

In the 1960s, many buildings were constructed in the town along the lines described above. The architects came from the cities, Alicante and Valencia, and even Castellón, as these were where the developers, at that time mainly private, were based.

Quite apart from the fame of some of the architects of the time, including Juan Guardiola and his Coblanca 1 tower block (1963-66) on Avenida de Alcoy, Luis Jiménez de la Iglesia and his Iberia apartments (1964-67) on Avenida de Alcoy and José Antonio García Solera with the Hotel Don Pancho (1969-71) on the Avenida del Mediterráneo, the professionalism of the architects working during that period must be stressed. Examples such as the Brasilia apartments at Playa de Poniente, the layout of the blocks of the Hotel Belroy Palace or the social housing, including the Paymon buildings, among others, require detailed study to assess them and reach a critical appreciation of the town’s evolution since its inception.

The Valencia region has been greatly overlooked, but sometimes a distance in time is required in order to appreciate and distinguish what we have around us. The buildings constructed during that period were supposedly designed according to the norms of the ‘international style’, although observation confirms that few of them managed to be governed by its parameters. The architectural solutions that were generated in Benidorm, and in other towns with similar tourist characteristics, may not be as important as others by some of the Spanish or international architects of the time, but they are part of our heritage. Their genesis lay in observing and applying the architectural solutions put into effect by architects, both Spanish and international, at a time of major changes in the realms of art and architecture.

The rise of tourism and the growth of certain towns and villages led to a certain speediness in the transfer of the new way of doing things, bringing in formal solutions that depended to a great extent on the available materials and technology but above all on interactions between projects carried out during the same period.

In The Inverted Perspective8, Pavel Florensky wrote:

“gently, as on the turntable of a phonograph, the needle of crystalline vision slides along the furrows of the lines and of the surfaces of the images, calling forth the respective vibrations from the spectator at every point and indeed, it is precisely these vibrations that constitute the END”.

The elements are diverse in architecture, we are not speaking of the lines or surfaces of images, but we can transfer same words, the “crystalline vision slides along”, to the structure and planes that define the built volume and the relations between each of the elements that compose it. It is important to be able to identify which is the architectural work with ‘character’ that “calls forth the respective vibrations” in us and work out what constitutes its reason for being and on which criteria its final form is based.

 

1 La Forma y la Mirada, Helio Piñón/La Forma y la Mirada, Helio Piñón

2 Après le Cubism, Ch. E. Jeanneret y A. Ozenfant, 1918/Après le Cubisme, C.-E. Jeanneret and A. Ozenfant, 1918

3 Las Vanguardias Artísticas en la Postguerra Española 1940-1959, Gabriel Ureña, 1982/Las Vanguardias Artísticas en la Postguerra Española 1940-1959, Gabriel Ureña, 1982

4 “El espacio habitable”, Juan Gomez y G de la Buelga, rev. Arquitectura nº 37, Enero 1962/“El espacio habitable”, Juan Gomez y G de la Buelga, rev. Arquitectura no. 37, January 1962

5 L´arquitectura del sol, Félix Mesalles y Joan Tous , producció; JTFM Associats, S.L., 2002/L´arquitectura del sol, Félix Mesalles and Joan Tous, producció; JTFM Associats, S.L., 2002

6 Con esta observación no pretendo realizar una reflexión de si el modelo urbanístico era o es el mas adecuado para solucionar actualmente la ausencia de suelo en algunas poblaciones costeras ya colapsadas por otros modelos urbanísticos/This remark is not intended as a reflection on whether or not the town planning model was or is the best for a present-day solution to the scarcity of land in some coastal towns that have already been brought to a standstill by other town planning models

7 “Consideraciones sobre el urbanismo en relación el turismo en España”, Federico Correa,  pag. 39, rev. Arquitectura nº 55/“Consideraciones sobre el urbanismo en relación el turismo en España”, Federico Correa, rev. Arquitectura no. 55,  p. 39

8 La Perspectiva Invertida. Pàvel Florenski, 1882-1937, Ediciones Siruela, S.A., 2005/La Perspectiva Invertida. Pàvel Florenski, 1882-1937, Ediciones Siruela, S.A., 2005