Arquitectos/Architects:
Miguel del Rey – Antonio Gallud – Mª Teresa Santamaría

Parque de La Barbera. Villajoyosa

La Barbera Park. La Vila Joiosa

 

 

 

 

 

La Barbera dels Aragones. Vila Joiosa, 2004

La intervención en el Parque de La Barbera, se inscribe en una amplia propuesta del Ayuntamiento de Villajoyosa que incluye la restauración de la antigua Masía dels Aragonés, realizada por los arquitectos José Luis Gallardo y Javier Gallardo, junto al proyecto de un Auditorio al aire libre, obra de Jaime Llinares, Ana Llopis e Ignacio Guillén, inserto todo ello en los restos de una explotación agraria hoy englobada dentro de la estructura urbana de la ciudad.
El Parque consta de dos partes diferenciadas, y a la vez, conectadas entre sí: la restauración del antiguo huerto-jardín anexo a la masía, y el parque público de nueva creación que se extiende sobre los fragmentos de lo que fue parte de la explotación agraria. En total, completan una superficie de 16.540 m2, a la que deben sumarse la masía y el auditorio.

La Barbera dels Aragones. Vila Joiosa, 2004

The work on the Parque de La Barbera was part of a major Villajoyosa council project for the remnants of a farm which has been engulfed by the town that also included the restoration of the old farmhouse, the Masía dels Aragonés, by the architects José Luis Gallardo and Javier Gallardo and an open-air Auditorium by Jaime Llinares, Ana Llopis and Ignacio Guillén.
The two interconnected but clearly differentiated components were the restoration of the old orchard garden beside the house and a new public park on the fragments of what was once a part of the farm. Together they total 16,540 m2, not including the farmhouse and the auditorium.

Promotor/Developer:
Ajuntament de la Vila Joiosa
/Vila Joiosa town council

Restauración de la Masía/Farmhouse restoration
José Luis Gallardo y Javier Gallardo

Auditorio/Auditorium
Ignacio Guillen, Ana Llopis y Jaime Llinares

Parque y Restauración del Jardín Histórico/ Park and historic garden restoration:
Miguel del Rey, Antonio Gallud y M Teresa Santamaría

Coordinación/Coordination
Jaime Llinares

Empresa constructora/Contractor:
UTE (Temporary consortium): NECSO/DALMAU.

Fotografía/Photographs:
Autores/Authors

La permanencia de la antigua masía y la existencia de fragmentos de la tradicional estructura agraria, nos sugiere la idea de plantear el parque a partir del sistema de coordenadas del antiguo parcelario rural. Con ello, empieza a adquirir sentido la ubicación de la casa con respecto al conjunto, el antiguo camino y los fragmentos del parcelario, como el marco de plantación de algunos olivos existentes, un resto de acequia o la traza del antiguo huerto-jardín.
A esta zona del antiguo huerto-jardín accedemos por la avenida de esbeltas palmeras que nos conduce al interior de la casa, desde donde vemos el patio como preámbulo del jardín trasero de la masía. La planta de este pequeño jardín es de crucero con parterres delimitados por setos de ciprés recortado , pérgola cubierta de rosales y cenador con aromáticas. Siguiendo la tradición de los huertos-jardín valencianos, el huerto de naranjos, limoneros y pomelos que viene a continuación, se considera una parte mas del jardín. Los andenes se rehacen con una losa de hormigón y un solado de piedra caliza que aparece como flotando sobre el plano de tierra vegetal. En la restauración de esta parte se ha puesto particular interés en preservar las características que definen al jardín mediterráneo: color, aroma, agua.... Albercas y restos de antiguas acequias se han tratado con nuevos materiales, prolongándolas e integrándolas en el huerto, al que se le ha dado una categoría de auténtico jardín, con paseos que lo recorren tanto por su interior como perimetralmente, y un fondo de cipreses plantados contra la antigua tapia de cierre.
A la derecha, la magnífica presencia de la encina centenaria, (Quercus ilex), y de una gran palmera datilera ramificada (Phoenix dactylifera), nos conducen de nuevo a una parte del antiguo jardín; se trata de la huerta. Un espacio íntimo, rodeado de tapia, en donde cultivar las hortalizas, frutales y aromáticas que en principio iban destinadas al consumo de la casa. En este lugar, sirviéndonos de setos de naranjo enano (Citrus myrtifolia), granado enano (Punica granatum) y otros setos de diferentes aromáticas como romeros santolinas mirtos, etc. que nos pernitan dotar a la huerta de una estructura vegetal permanente, se pretende recrear aquel ambiente de huerta doméstica que deja espacio para plantar flores, hortalizas y otras plantas de cultivo estacional, además de frutales variados propios de la zona: níspero, caki, almendro, limonero, membrillero... Al fondo, ejemplares botánicos antiguos de gran valor, como la Araucaria excelsa cuya silueta se destaca en la lejanía, completando así el conjunto de lo que sería un ideal huerto-jardín de La Vila.
El parque nuevo se ha pensado sobre la ley de orden del antiguo parcelario agrario, en donde el marco de plantación de unos olivos preexistentes nos marcan la traza del arbolado que recorre el parque. Aunque se trata de un parque vallado, la valla diseñada permite transparencia y permeabilidad del espacio, de manera que interior y exterior casi se confunden y el arbolado se extiende fuera del cerramiento buscando una fusión con la trama urbana. Así, las aceras perimetrales forman, en realidad, parte del parque y pretenden ser un lugar de expansión en las horas en las que el recinto permanezca cerrado. En cambio, las puertas de acceso al parque, de chapa metálica, son articuladas o correderas pero con una presencia rotunda, de manera que se perciban al atravesar el umbral.
A lo largo de la calle Benidorm, al Este del parque, se amplia la acera existente y se consigue un espacio a la manera de largo urbano que participa del parque, de su arbolado, de sus vistas a través de la valla permeable, de sus recorridos que en ocasiones nos introducen en el jardín, o bien nos mantienen al margen, nos ofrecen itinerarios alternativos. Pero ante todo, nos permiten seguir disfrutando del parque cuando está cerrado. Para ello se ha dispuesto mobiliario público, iluminación y arbolado que traspasan los límites de las vallas y se prolongan por el espacio colindante. Una pérgola que se cubrirá de Bougainvilleas y que discurre a lo largo de este tramo de la calle, define el límite del parque.
Una de las partes más importantes del conjunto es el auditorio que se sitúa al noreste del parque. Lo definen una cubierta, obra de Llinares, Llopis y Guillén, y una esquina construida con un contundente muro, revestido de placas de piedra caliza incrustada con fragmentos de otras piedras o de restos de sillería histórica; muro que nos define un lugar particular, un cierre elocuente que protege acústicamente al auditorio y permite albergar las instalaciones necesarias para su funcionamiento. El graderío se desarrolla sobre una pequeña colina y se construye con placas prefabricadas de hormigón que se abren en abanico sobre la pradera sembradas de césped rústico, florido en primavera, sobre la cual destacan Pinus canariensis y Casuarinas; árboles perennifolios de elevado porte cuya misión es aislarnos lo máximo posible del exterior, y que sus copas, formen masa con otros ejemplares que se han plantado en la acera circundante.
Tras la colina se expande la explanada central, construida con losas de hormigón in situ donde se desarrolla una caligrafía particular de líneas de piedra caliza. Explanada que se separa de la colina por una fisura de cierto valor plástico llena de agua o de otros materiales. Aquí, los almeces (Celtis australis), reforzados con aligustres, (Ligustrum lucidum) y grevilleas (Grevillea robusta), forman una trama en donde alternan perennifolios y caducifolios a lo largo de todo el recorrido. Plantas arbustivas, cubresuelos y tapizantes, de diversa gama de colorido y textura, completan los niveles de vegetación media y baja.
La zona norte del parque lo define una zona boscosa, plantada de diversas especies botánicas, en donde predominan las coníferas de diversos tonos de color, alternadas con caducifolios: Pinos, Arces, Ginkgo, Ciprés, Casuarina, Laurel, sobre un suelo de corteza de pino. Este bosque perimetral discurre junto a las áreas de juego, formando al mismo tiempo el fondo de perspectiva del jardín junto al muro de cerramiento, dando sombra y colorido al camino longitudinal que recorre las zonas de juego y la de los antiguos olivos, gérmen de la trama arbórea del jardín.
La iluminación del parque se confía a sistemas que responden a determinadas condiciones: las líneas de farolas de sección plana y rectangular sobre vástago cilíndrico de acero inox nos apoyan las direcciones principales. Las balizas nos acompañan en los recorridos más íntimos. Cuatro grandes columnas con focos a lo largo de su altura nos iluminan los “claros” en el sistema del marco de plantación del arbolado que construye el parque. Por último lámparas empotradas en el suelo y direccionales nos iluminan particularmente los ejemplares botánicos más interesantes del parque.

The fact that the old farmhouse is still standing and that fragments of the traditional agricultural structure remained suggested the idea of basing the park on the grid of the former field divisions. This began to make sense of the siting of the house in relation to the whole, the old track and the traces of the agricultural layout, such as the spacing of some remaining olive trees, the remains of an irrigation channel or the lines of the old orchard garden.
The orchard garden area is reached by an avenue of slim palm trees that leads into the house, where the view of the courtyard prefaces the garden to the rear of the farmhouse. The garden is laid out on a cross plan, with beds marked off by trimmed cypress hedges, a rose-covered pergola and a summer-house with herbs. In the tradition of Valencian orchard gardens, the orchard of orange, lemon and grapefruit trees beyond this is considered part of the garden. The paths have been remade with a concrete slab and limestone paving that seems to float over the plane of the topsoil. The restoration of this part paid particular care to preserving the defining features of the Mediterranean garden: colour, aroma, water.  Reservoir pools and the remains of old irrigation channels have been treated with new materials, extending them and integrating them into the orchard, which has been treated as a true garden, with paths running through it and around its edge and a backdrop of cypresses planted against the old wall that encloses it.
On the right, the magnificent figures of an ancient holm oak (Quercus ilex) and a large branching date palm (Phoenix dactylifera) lead to another part of the old garden: the kitchen garden. This is a private, walled space for growing vegetables, fruits and herbs, basically for home consumption.  Here, using hedges of dwarf orange (Citrus myrtifolia), dwarf pomegranate (Punica granatum) and herbs such as rosemary, cotton lavender, Myrtus, etc. to give the garden a structure of permanent vegetation, the aim is to recreate the atmosphere of a kitchen garden by leaving room to plant flowers, vegetables and other seasonal plants, as well as an assortment of the typical fruit trees in this area: Japanese medlars, persimmons, almonds, lemons, quinces, etc. In the background, highly valuable botanical specimens, such as an Araucaria excelsa that stands out from a distance, silhouetted against the sky, complete the ideal orchard garden of 'La Vila' (Villajoyosa).
The new park has been designed on the rationale of the old field divisions. The spacing of the existing olives guided the layout of the trees running through the park. Although it is an enclosed park, the design of the walls and fences gives it transparency and permeability, so interior and exterior are almost blurred and the trees extend beyond, fusing with the town. The pavements surrounding it are, in reality, part of the park, and are intended as a place to relax when the park is closed. The sheet metal gates, on the other hand, hinged or sliding, have a very definite presence so they are noticed on crossing the threshold.
All along Benidorm street, on the east side of the park, the existing pavement has been widened to gain a space like an urban largo that shares in the park, in its trees, in its views through the fence, in its paths, which occasionally enter the garden and at other times keep out, offering alternative itineraries. Above all, it allows the park to be enjoyed even when it is closed. Furniture, lights and trees therefore cross the boundary of the fences and spread into the adjoining space. A pergola that will be covered in bougainvilleas runs along this stretch of the street, defining the edge of the park.
One of the most important parts of the whole is the auditorium, sited in the north-east of the park. It is defined by a canopy, designed by Llinares, Llopis and Guillén, and a corner composed of a striking wall clad with limestone slabs and encrusted with fragments of other stones or remains of ancient stonemasonry. The wall eloquently defines a particular place, protects the auditorium acoustically and accommodates the requisite equipment. The prefabricated concrete slab seating fans out on a small hill over a meadow sown with hardy grasses that flower in spring, against which the Pinus canariensis and Casuarinas stand out. The purpose of these tall evergreen trees is to isolate this space as much as possible from the exterior and to form a crown-to-crown mass with others that have been planted in the adjoining pavement.
The central esplanade spreads out behind the hill. Constructed of site-cast concrete slabs, it is inscribed with an unusual calligraphy of limestone lines.  A fissure with a certain plasticity, filled with water or other materials, marks it off from the hill.  Mediterranean hackberries (Celtis australis), reinforced by privets (Ligustrum lucidum) and silky oaks (Grevillea robusta), form a pattern of alternating evergreen and deciduous species. Shrubs and ground cover plants in a diverse range of colours and textures complete the mid- and low-lying levels of vegetation.
The northern part of the park is defined by a wooded area, planted with a variety of botanical species. Conifers in different tones predominate, alternating with deciduous species, on a pine-bark floor:  pines, maples, gingkos, cypresses, Casaurinas and bay trees. This edging wood runs alongside the playing areas and along the enclosing wall, providing a backdrop to the garden and giving shade and colour to the long path through the playing areas and the old olives that generated the arboreal layout of the garden.
The lighting systems respond to particular conditions. Lines of lamps with a flat, rectangular section on cylindrical posts in stainless steel underline the main directions. Ground-level lighting accompanies the more secluded itineraries. Four large columns covered in spotlights light up the 'clearings' in the tree layout that structures the park. Finally, lights set into the ground pick out the most interesting of the botanical specimens.