ESPACIOS URBANOS
URBAN SPACES

 

No podemos acometer un número sobre espacios públicos sin una reflexión previa sobre lo que diferencia al espacio público del privado.

En unas disertaciones publicadas en El Croquis afirma Sáenz de Oiza que lo público es lo universal e inteligible antes de su uso y lo privado lo que por el uso se comprende. Así lo público es aquello que se ofrece como un consumible antes de ser consumido, e inteligible antes de ser entendido.

Al usar una cosa pública la privatizas.

Podríamos afirmar también con Federico Soriano y siguiendo esta misma línea de pensamiento que:

El espacio público es móvil y el espacio privado es estático.

El espacio público es disperso, el privado concentrado.

El espacio público está vacío: es la imaginación. El espacio privado está lleno: son los objetos y la memoria.

El espacio público es indeterminado. El espacio privado es funcional.

El espacio público es información. El espacio privado es opinión.

El espacio público es el soporte. El espacio privado es el mensaje.

El espacio público está en equilibrio inestable. El privado es por necesidad estable.

Existen otros espacios que no son públicos ni privados, sino ambas cosas a la vez, son los espacios colectivos.

El cambio de escala que se está produciendo en nuestras ciudades y el creciente cambio en los modos de vida han traído consigo que los espacios públicos, tradicionalmente exteriores, pierdan protagonismo a favor de estos espacios colectivos, muchas veces en el interior de edificios: grandes almacenes o centros de ocio, incluso los transportes públicos (el espacio colectivo por excelencia de nuestras ciudades).

Estos espacios colectivos interiores ofrecen cobijo frente al viento y la lluvia y suelen estar limpios y seguros.

Por el contrario las plazas y parques de las ciudades se han ido degradando por su abandono: son peligrosos, están descuidados y sucios.

En este número veremos los intentos de los arquitectos por defender que la plaza no es un simple lugar de paso ni un lugar para organizar la circulación de automóviles. Veremos los esfuerzos por devolver la vida a la plaza mediante espacios multi-funcionales con usos que se superpongan o confluyan (plaza del Teatro en Rótterdam, cubículos de Martha Schwartz...)


F. Soriano, Artículos hipermínimos

We cannot really produce a number on public spaces without giving a thought to what makes public spaces different from private ones.

In certain discourses published in El Croquis, Sáenz de Oiza says that public is what is universal and intelligible before being used and private is what is understood through use. Public is therefore what is offered as a consumable before it is consumed and as intelligible before it is understood.

When you use a public thing you privatise it.

Following the same train of thought, we agree with Federico Soriano that:

Public space is mobile, private space is static.

Public space is dispersed, private space is concentrated.

Public space is empty: it is imagination. Private space is full: it is objects and memories.

Public space is indeterminate. Private space is functional.

Public space is information. Private space is opinion.

Public space is the medium. Private space is the message.

Public space is unstably balanced. Private space is of necessity stable.

There are other spaces which are neither public not private but both at once: these are the collective spaces.

The change of scale that is taking place in our cities and the increasing changes in ways of life have led to the traditionally open-air public spaces losing ground to these collective spaces, which are often indoors, in department stores, leisure centres or even public transport (the collective space par excellence of our cities).

These indoor collective spaces provide shelter from the wind and the rain and are usually clean and safe.

The city’s parks and squares, on the other hand, have deteriorated through neglect: they are dangerous, run-down and dirty.

In this issue we will look at various architects’ attempts to argue that a square is not just a place to pass through or a way of organising the traffic.

We will look at efforts to bring life back into the square through multi-functional spaces where different uses are superimposed or converge (Schouwburgplein in Rotterdam, Martha Schwartz’s cubicles, etc.)


F. Soriano, Hyper-minimal articles