Juan Guardiola Gaya

JUAN GUARDIOLA GAYA, ARQUITECTO Y ARTISTA (1927-1957-2005)

Premio COACV 2003-2004/2003-2004 COACV Prize
Trayectoria Profesional/Professional Career

 

Justo Oliva Meyer

 

 

 

Pinceladas biográficas y años de formación

Juan Guardiola Gaya, arquitecto, nacido en Reus en 1927 y titulado en 1957 por la Escuela de Arquitectura de Barcelona, nos dejó, de forma inesperada, el pasado 8 de octubre de 2005 a la edad de 78 años. Aquella vitalidad contagiosa que transmitía en todo lo que hacía, sugería una edad menor que la que, inexorablemente, marca el paso de los años. Aunque catalán de origen, de formación académica y de carácter, casi toda su obra profesional se desarrolla en la provincia de Alicante ya que, desde que llegara a esta ciudad (1959) ha desempeñado ininterrumpidamente su profesión desde sus estudios de la calle San Francisco, de la calle Gerona y de su finca Capucho en San Juan.  

Cuando Guardiola comienza a trabajar en Alicante todavía es un arquitecto joven, sin embargo, su formación había sido rica en acontecimientos. Tengamos en cuenta que sus años en la Escuela de Arquitectura coincidieron con años de gran ebullición arquitectónica en Barcelona: el Grup R1 se había formado con una actitud decididamente militante en favor de la arquitectura moderna frente a la corriente neohistoricista patrocinada por una dictadura que estaba despertando, lentamente, de su periodo autárquico.

En 1956, Guardiola gana un concurso para estudiantes de las Escuelas de Arquitectura de Madrid y Barcelona con el diseño de una casa de fin de semana2. Durante sus años de carrera colabora en el estudio de Francesc Mitjans, uno de los precursores de la arquitectura residencial moderna barcelonesa de los años 40 y 50. Debido a esta relación con Mitjans, al que podemos considerar su maestro, Guardiola, todavía estudiante, colabora en el proyecto del estadio del F.C. Barcelona (Camp Nou), experiencia fundamental para conocer las posibilidades expresivas del hormigón armado visto. También colabora (1958) con Xavier Busquets en el anteproyecto ganador del concurso para el conocido edificio de la sede del COAC3, con el que la plástica moderna se introduce en el corazón del barrio gótico de Barcelona. Por último, colabora con Antonio Perpiñá, urbanista de gran prestigio, en el anteproyecto ganador del Concurso Nacional de Arquitectura convocado para la ordenación del complejo Azca (Madrid, 1955)4. El inicio profesional del arquitecto consistió en su traslado a Madrid para comenzar a desarrollar este proyecto5.

Biographical notes and formative years

Juan Guardiola Gaya, architect, who was born in Reus in 1927 and graduated from the Barcelona School of Architecture in 1957, died unexpectedly on 8 October 2005 at the age of 78. The contagious vitality he conveyed in everything he did suggested that he was younger than his years. Although he was Catalan by birth, training and character, after moving to Alicante (1959) almost all his professional work was done in the province of Alicante, from his architectural studios in Calle San Francisco, Calle Gerona and Capucho, his country house at San Juan.

Although Guardiola was still a young architect when he began to work in Alicante, his student years had been eventful. His years at the School of Architecture were a time of great architectural ferment in Barcelona: Grup R1 had been formed and was decidedly militant, favouring modern architecture rather than the neo-historical current patronised by the dictatorship, which was slowly awakening from its autarkic period.

In 1956, Juan Guardiola won a competition for students of the Madrid and Barcelona Schools of Architecture with a design for a weekend home2. During his student years he worked in the studio of Francesc Mitjans, one of the precursors of Barcelona’s modern residential architecture of the 1940s and 50s. Because of this relationship with Mitjans, who may be considered his master, while he was still a student Guardiola collaborated on F.C. Barcelona’s Camp Nou stadium project, a fundamental experience that taught him the expressive possibilities of exposed reinforced concrete. He also worked (1958) with Xavier Busquets on the preliminary proposals that won the competition for the College of Architects of Catalonia’s headquarters3. This building famously introduced modern aesthetics into the heart of Barcelona’s Gothic Quarter Lastly, he worked with Antonio Perpiñá, a highly prestigious town planner, on the preliminary proposals that won the National Architecture Competition for the Azca complex layout (Madrid, 1955)4. Juan Guardiola’s professional career began when he moved to Madrid to begin working on this project5.

La llegada a Alicante: arquitectura y urbanismo turístico

Procedente de Madrid, aconsejado por Perpiñá, Guardiola llega a Alicante en 1959 para realizar el planeamiento del Primer Polígono de la playa de San Juan. Estamos ante su primera obra alicantina relevante cuya maquetaF1 confirma una importante formación urbanística. El orden que todavía hoy podemos percibir al pasear por la playa de San Juan, es fruto del equilibrio de volúmenes planteado por el arquitecto, importando a Alicante las propuestas urbanísticas holandesas de los años 50 que, firmadas por Bakema y Van den Broek, estaban en auge durante aquellos años6.  

Guardiola se convierte, desde este momento, en protagonista fundamental de la arquitectura turística de la ciudad, viviendo un primer lustro de los años 60 rico en propuestas sugerentes de ascendencia catalana: es patente la influencia de Mitjans, pero también la de Coderch. La zona de playas del norte de Alicante se llena de edificios proyectados por Juan GuardiolaF2, 14 en los que la arquitectura moderna se abre paso para demostrar al turismo europeo la apertura y el desarrollo de una España que quiere olvidar su periodo autárquico. Es un deleite contemplar cada uno de los proyectos de esos años que desarrollan un concepto de arquitectura mediterránea plenamente vinculado a una sintaxis moderna7, alejado de visiones pintoresquistas, frecuentes en la década anterior. El servicio del profesional hacia su cliente se hace compatible con la dimensión social y estética de la arquitectura. Juan explicaba con frecuencia, cómo su obra se adaptaba a las necesidades de la promoción por encima de las expectativas del cliente utilizando, como herramienta fundamental, la coherencia y la calidad del diseño, no sólo la optimización de rendimientos.

La ascendencia catalana se encuentra fuertemente matizada por la personalidad del arquitecto. Un aire neoplástico ameniza el racionalismo y realismo de las fachadas y se hace patente en los planos de plantaF3, 5. En el exterior, ese carácter personal se expresa en el énfasis de los forjados desnudos (como placas perpendiculares a los muros) en las zonas aterrazadas. En las fachadas posteriores, más cerradas, se concreta en la simplificación geométrica de composiciones planasF4 a base de la superposición de rectángulos definidos por los diferentes materiales de cerramiento. Cada una de las plantas de esos añosF8, 12, como le decía cariñosamente el maestro Mitjans, “parece un cuadro de Mondrian”, adquiriendo un carácter que va más allá de su función técnica. Las plantas de Guardiola nunca abandonarán esa manera artística, tan peculiar, de generarse.

Arrival in Alicante: tourist architecture and urban design

Guardiola moved from Madrid to Alicante in 1959, on the advice of Perpiñá, to develop the plan for the Primer Polígono or First Estate at San Juan beach. This was his first work of importance in Alicante and the modelF1 confirms that he had a good grounding in urban design. The order that can still be perceived when walking through the San Juan beach area is the result of the balance of volumes planned by Guardiola, who imported the 1950s Dutch planning proposals by Bakema and Van den Broek which were then at their apogee6.

From that moment onwards, Guardiola became the leading figure in Alicante’s tourist architecture. The first half of the 1960s was rich in exciting proposals derived from Catalan sources: the influence of Mitjans is evident, but so is that of Coderch. The northern Alicante beach areas filled with buildings designed by Juan GuardiolaF2-14 that blazed the path for modern architecture, showing European tourists that Spain was opening up and developing and wanted to leave its autarkic period behind. It is a delight to look at each of the projects from these years, which developed a concept of Mediterranean architecture in perfect unison with a modernist syntax7, a far cry from the picturesque visions that had been frequent in the previous decade. Service to the client was made compatible with the social and aesthetic dimension of architecture. Juan often explained how he adapted his work to suit the needs of the development, over and above the client’s expectations, employing design quality and coherence as his fundamental tool rather than only optimising yields.

The Catalan influences were modified considerably by his personality. A Neo-Plastic air tinges the rationalism and realism of the façades and is evident in the floor plansF3, 5. On the exterior, this personal character is expressed in the emphasis on exposed floor structures (like slabs perpendicular to the walls) in the balcony areas. On the rear façades, which are more closed, it takes the form of a geometrical simplification of flat compositionsF4  based on a succession of rectangles defined by different wall materials. As Mitjans affectionately told him, each of the floor plans from those yearsF8, 12 “looks like a Mondrian painting”, acquiring a character that goes well beyond its technical function. Guardiola never abandoned this artistic, highly unusual way of generating his floor plans.

Otra aventura, recorrida por Guardiola, es la búsqueda del estar configurado como un prisma de cristal embebido entre los forjados. Éstos, protegen los planos transparentes del soleamiento y procuran una generosa estancia exterior que sirve de mirador. En algunos casos, el estar sólo presenta un frente acristaladoF8 pero, cuando se coloca en esquina, busca la configuración de un ángulo de vidrioF3. El estadio final es la consecución de un espacio acristalado en tres fachadasF5, trasladando a la tipología residencial en altura el paradigma de la casa de cristal rodeada de un paisaje natural. La maqueta de un edificio singular no construido (Alicante, 1962), explica esta idea claramente F6.

De la mano de Guardiola podemos seguir la gestación de dos tipos diferentes de bloques lineales turísticos, servidos por cajas de escalera independientesF2 o por una galería corrida posteriorF8. También podemos analizar diferentes tipos de torre: de planta cuadrada (potenciada desde su planeamiento), de planta rectangular alargada en paralelo al mar, o de planta cruciforme organizada a partir de un esquema de acceso helicoidal. En un número anterior de esta revista se reseñan ejemplos de cada una de estas soluciones8.

Hacia 1965, la burguesía local comienza a sentir la necesidad de una segunda residencia en la playa, cuya imagen debía estar acorde con la de su residencia urbana. Guardiola responde a esta exigencia con dos proyectos singulares. La urbanización La RotondaF10, muy documentada en el número citado de ViA Arquitectura 9.V, significa un alarde tipológico: torre de planta cuadrada, bloque lineal en altura, bloque lineal de viviendas triplex y bloque escalonado de viviendas dúplex. Los tipos se acompañan de planteamientos formales diferentes, unificados por el uso de materiales comunes, de un cuidado espacio verde  interior y de la coherencia general del proyecto, cuya fragmentación volumétrica es la adecuada respuesta a su entorno. La mejor expresión de este último aspecto es el planteamiento formalista de la torre que se configura como un gran prisma-pagoda que ejerce de hito urbano que marca el comienzo de la playa de San Juan.

Otra forma de entender la vivienda turística burguesa es la urbanización La Chicharra10 que se plantea como una pieza única y potenteF11, 12 que enlaza con planteamientos de Le Corbusier. El bloque es una Unité turística asentada sobre un amplio territorio verde que hace razonable la densidad de la intervención. Estamos ante una gran pantalla cóncava que interactúa con el paisaje (la bahía de Alicante), retomando la componente acústica del paisaje que definía Le Corbusier al situar sus Redents sinuosos, enfrentados al mar, en su plan para Argel (1930)11.

Guardiola sigue siendo protagonista de la arquitectura turística de Alicante hasta mediados los años 70. Conforme pasan los años, los proyectos aumentan su carácter especulativo: el turismo de masas es una realidad a mediados de los 60. Si nos fijamos en la maqueta del complejo urbano de la Albufereta (ca. 1965)F13, se comprueba que su aspecto es muy diferente al de la maqueta inicial de 1961, de densidad más comedida y equilibrada12. Del mismo modo, el tipo de galería corrida posterior de acceso, apropiada para las zonas de playa, se pone al servicio del proceso especulativo. Guardiola, que había ensayado diversos tipos de vivienda para solucionar la falta de privacidad de estos bloques, a partir de 1965, renuncia, en parte, a estas investigaciones y se centra en la forma de configurar los edificios. Éstos, aumentan considerablemente su escala, ganando altura y longitud. Aparecen grandes bloques lineales rectos pero, si la forma del solar o la orografía no lo permite, se quiebran o serpentean para adaptarse al terreno.

Esto ocurre en el gran bloque lineal, pegado a la montaña, diseñado en el complejo de la AlbuferetaF13 (ca. 1964) que debía llegar hasta Alicante con una longitud de unos dos kilómetros, configurando la fachada marítima de toda la bahía, emulando las propuestas de Le Corbusier para Río de Janeiro (1929-1936) y Argel (1930)13: la utopía urbana al servicio del desarrollismo. Años más tarde, en la urbanización Club del MarF14 (1967), Guardiola ordena una manzana interior de la playa de San Juan, con un gran bloque curvo irregular que deja libre su ángulo sureste para el equipamiento comunitario. Si en La Chicharra la relación entre volumen edificado y zona libre era adecuada, en este caso, la vivienda estival retoma estándares de vivienda social, más densos, propios para dar respuesta al boom turístico.  Es preciso remitirnos a diversos conjuntos sociales de Reidy para Río de Janeiro o de Luigi Carlo Daneri para Génova14 que, de alguna forma, están presentes en estos proyectos alicantinos.

Proyectos urbanos para la ciudad consolidada

La estricta arquitectura turística, tiene su correspondencia en la racionalidad de los primeros edificios urbanos para Alicante. Al principio, son muy pocos los proyectos para la ciudad, pero los primeros ejemplos relevantes configuran un conjunto muy coherente. Frente al styling internacional que se estaba consolidando en la ciudad, en el que los edificios se componían a base de franjas horizontales, Guardiola plantea la idea de un doble plano de fachada situado por delante del cerramiento exterior.

Esta fachada superpuesta, resuelta con soluciones ligeras a base de perfiles metálicos, es utilizada para controlar el soleamiento, para garantizar la privacidad del interior de la vivienda y para conseguir una simplificación geométrica que uniformiza toda la fachada. Si en el primer ejemplo (Pza. Navarro Rodrigo 11, 1962)F15 esta fachada se fragmenta, en los tres ejemplos posteriores (C/ Vázquez de Mella, 1962F16; C/ General O’Donell 10, 1964; Avda. Alfonso el Sabio 52, 1963) es una cuadrícula continua, volada, delineada por una estructura metálica, en la que sus celdas se dejan libres o se rellenan con celosía cerámica.   

A mediados de los 60, Guardiola va asentando su  clientela y comienzan a ser frecuentes sus proyectos urbanos. Su respuesta, no es totalmente ajena al styling horizontal antes comentadoF17, 27, fomentado por unas ordenanzas que permiten volar toda la fachada. En estos casos, sus edificios compensan la monotonía horizontal a base de recargarse de texturas, configurando un lenguaje que, a partir de 1965, acabará por sintonizar muy bien con la burguesía local. En los ejemplos más relevantes, las investigaciones sobre materiales y soluciones volumétricas, aportan un equilibrio entre el uso de texturas y la composición del edificio. Dos buenos ejemplos, distintos aunque coetáneos, son dos edificios enfrentados ( C/Reyes Católicos nºs, 20-22, 1964F18 y nº 24, 1965F17, ambos con ángulo a  C/Portugal). Mientras en el primero se advierte una ruptura con la horizontalidad, el segundo significa la sugerente introducción en el centro de la ciudad, de las imágenes aterrazadas propias del entorno de playa.

La revisión moderna que Guardiola realiza en su obra urbana, se expresa en dos edificios que reinterpretan, con soluciones personales alejadas de productos comerciales, un tipo de fachada en auge durante los 60: el muro cortina. Si en un edificio de viviendas (Avda. Alfonso el Sabio ángulo a Rambla Méndez NúñezF19, ca. 1965), se resuelve con carpintería de madera alternada con paños de obra revestidos de azulejo, en el edificio de oficinas GeronaF20 (1965), en cuyo ático el arquitecto instalaría su segundo estudio, la frialdad del muro cortina se convierte en un cálido juego geométrico dotado de carácter tridimensional.

Esta arquitectura burguesa alcanza, durante los años 70, un alto grado de popularidad en Alicante. Este éxito retroalimenta la tendencia del arquitecto a recargar sus edificios urbanos. Los mejores ejemplos del estadio final de este proceso lo constituyen el nuevo edificio del Casino de AlicanteF21, paradigma de tipología burguesa (Explanada, 1976), el edificio de oficinas Santa Lucía (Rambla, 1977), y un edificio de viviendas (Pza. de Los Luceros 12, 1976)15, con un impactante planteamiento formalista potenciado por su cerramiento de ladrillo vidriado y por el remate semiesférico de sus terrazas circulares F22. Esta arquitectura puede ser contestada por su exceso de texturas y juegos formales pero, de forma simultánea, evidencia el buen oficio del arquitecto. Juan presumía de que en su estudio, la mitad de los delineantes se dedicaban a desarrollar detalles constructivos específicos definidos mediante escalas grandes, que, a menudo, llegaban a la escala real.

No le gustaba el adjetivo burgués con el que designo su obra urbana entre 1965 y 1979. Sin embargo, reconoció en una conferencia que compartimos en la Escuela de Arquitectura de Alicante (1999), que no era la parte de su obra que más le satisfacía. Prueba de ello es el cambio evidenciado en su producción posterior, así como la coexistencia de esta arquitectura con obras resueltas mediante volúmenes puros y pieles uniformes. Este hecho se produce en dos edificios en ángulo del centro de la ciudad: mientras en la antigua Sede del CTAAF23 ( C/Gerona y  C/Jerusalén, 1977) el prisma se configura con piedra artificial blanca y huecos dispuestos uniformemente16, en un garaje ( C/Pascual Pérez y  C/Navas, 1979)F24 Guardiola utiliza un lenguaje más personal recurriendo a un revestimiento pétreo continuo y a huecos rasgados verticales dotados de ritmos mas libres y originales.

40 años proyectando para Benidorm

En los años 80, la arquitectura de Guardiola abandona la ciudad de Alicante. Los arquitectos tienen cada vez menos expedientes y son los clientes de toda la vida la mejor garantía para recibir encargos. Este es el caso de la promotora Coblanca de Benidorm, para la que el arquitecto realizó la mayoría de sus edificios entre 1963 y el año 2000. Si el edificio Coblanca-1F25 (el primer rascacielos de la ciudad de los rascacielos) responde al tipo de torre planteado en los proyectos coetáneos alicantinos, las torres siguientes denotan una creciente tendencia formalista, apropiada para implantarse en el paradigma de ciudad turística. Estamos ante una tendencia acorde con las soluciones burguesas que, de forma simultánea, Guardiola está planteando para Alicante. Sin embargo, en Benidorm no son tan importantes las texturas, sino la preocupación por las composiciones volumétricas.

En este contexto, Guardiola consigue, con la torre BenidormF26, algo  que ya había logrado la urbanización La Rotonda de la playa de San Juan: crear un edificio singular en un entorno de edificación abierta. La torre se diseña en el ángulo de dos grandes avenidas, utilizando su bisectriz como eje de simetría que potencia el impactante juego de volúmenes conseguido a partir del diseño de diversas plantas-tipo. Aunque Juan citaba la referencia de la torre Velasca, (BBPR, Milán, 1958) parece más directa la relación de este proyecto con el edificio Atalaya (Correa, Milá y Sanz, Barcelona, 1966) significando una nueva mirada hacia Cataluña.

En los diferentes edificios Coblanca se aprecian diversos ensayos formales. A veces, el proyecto responde a variaciones de composiciones ensayadas en Alicante, como en el caso del edificio Coblanca 3 (1966) en que la torre se vuelve extremadamente cóncava, forzando la expresividad de la suave curvatura planteada, un año antes, en La Chicharra. Excepcionalmente (torre Coblanca 5, 1971)F28, Guardiola introduce en Benidorm el lenguaje texturizado y las geometrías curvas que tan buena acogida había tenido en la capital de provincia.

El arquitecto acaba convenciéndose de que las peculiaridades de esta ciudad requerían un lenguaje propio, oportuno para desarrollar su manera personal de ver la arquitectura. Guardiola y Benidorm viven un largo idilio durante más de 40 años, jalonado por episodios muy variados. El edificio Coblanca 14, diagonalmente enfrentado a la torre Benidorm, significa una nueva, y coetánea, línea formalista. La fragmentación, la lectura direccional y la búsqueda de singularidad de la torre Benidorm, se transforman en un planteamiento unitario, una visualización isótropa y una voluntad de integración con el carácter de la ciudad F27.

Un nuevo hito urbano en Benidorm, es el centro comercial La NoriaF29 (1979), situado por detrás de la torre Benidorm. La importancia de este proyecto radica en la disposición de la torre sobre un podio comercial de dos niveles que recoge y reconduce todas las circulaciones del entorno. El programa comercial, se configura alrededor de un espacio público que, a modo de ágora, coloniza el espacio privado como reclamo comercial. Este complejo supuso un tipo novedoso en el ensanche de Benidorm, perfectamente integrado en la vida cotidiana de una ciudad en la que ocio y comercio son actividades consustanciales a su carácter y que, además, estaba huérfana de espacios públicos representativos.

A partir de los años 80 la obra de Guardiola se desarrolla fundamentalmente en Benidorm. Su principal proyecto es el Plan Parcial Murtal 1 (1979-2000), situado en el ensanche de Poniente, en el que Juan materializa su visión del urbanismo turístico de los últimos 20 años y asienta una nueva imagen de sus edificios en altura con la que el arquitecto se sentía muy a gustoF30. Las torres se configuran como limpios prismas de caras ortogonales que se revisten de ladrillo visto, muy cuidado pero moderadamente texturizado. Guardiola vuelve a sus inicios racionales, pero no busca la fuerza en las composiciones geométricas, sino en la serenidad del volumen puro y en el carácter constructivo que destila su buen oficio. En las zonas comunes de planta baja y jardín, se recrea en el diseño del encuentro entre edificio y solar, generando una atmósfera de transición entre lo artificial (la arquitectura) y lo natural (el terreno y el paisaje)F30. Es aquí donde aparecen las cuidadas texturas que combinan piedra natural, ladrilloF31, carpinterías y vegetación.

De esta manera, Guardiola consigue enraizar el Plan Parcial Murtal 1 con el paisaje circundante dominado por una orografía difícil. Dejo a Jose Luis Camarasa, arquitecto municipal de Benidorm y amigo suyo, que exprese esta idea: “(Juan) era extraordinariamente sensible a las condiciones del lugar, del paisaje, cuando de urbanismo y planeamiento se trataba (...), la movida topografía (del ensanche) de Poniente fue un acicate para implantar los edificios de una manera natural, sin estridencias, al tiempo que modelaba aquellos jardines que gustaba diseñar, eligiendo personalmente el lugar idóneo para cada especie17”

Guardiola disfrutaba diseñando los jardines de sus proyectos. Los utilizaba como elemento de relación, entre sí y con su entorno, de los diferentes volúmenes de sus proyectos. El plan parcial El Murtal 1, así como las urbanizaciones La Chicharra y La Rotonda son casos ejemplares de ese minucioso trabajo, basado en el conocimiento de cada una de las especies vegetales con las que él mismo experimentaba en el jardín de su casa-estudio El Capucho. En el Parque Municipal de San Juan (1989) el arquitecto pudo desarrollar su idea de espacio ajardinado, público en este caso, combinando las especies vegetales con sus texturas murales y el diseño de elementos construidos, casi escultóricosF33.

El merecido reconocimiento de un arquitecto-artista

Siempre recordaré las charlas con Juan, llenas de ironía y crítica, que evidenciaban un inmenso placer por su trabajo. Cada semana, Juan me explicaba el proyecto que estaba realizando y justificaba cada uno de aquellos trazos realizados a mano. Claro que en su estudio había entrado el ordenador, pero sólo para desarrollar aquellos dibujos que, con tanto cuidado, Juan había trazado sobre el papel. Sus plantas no eran solo documentos técnicos, sino que incorporaban el color y numerosas texturas. En los últimos años recurría con frecuencia, en otro gesto personal, a la utilización de collages y fotomontajes, sobre todo a la hora de dibujar los alzadosF31, 35. Esta forma de trabajar tenía mucho que ver con sus inquietudes artísticasF36 tan bien esbozadas por Dionisio Gázquez: “(Juan), a parte de su formación como arquitecto, también estudió en la Escuela de Bellas Artes de la Llotja de Barcelona, relacionándose con Ruiz Pipó, Clavé y los pintores vinculados al Dau Al Set. (...) Fue un apasionado por la estética art brut y su técnica pictórica preferida era la del ensamblaje a partir de los objets trouvés. (...) Almacenaba todo cuanto encontraba a su paso, buscando en los objetos, aparentemente insignificantes, hermosos valores plásticos o mágicas connotaciones simbólicas. Junto a valiosas pinturas contemporáneas, piezas de cerámica, o esculturas, en su estudio picasiano, podías encontrar: virutas de hierro, puertas viejas, dientes de trillar, ventanas, llaves antiguas, maderas, botes oxidados, raíces de olivo, etc. (...) Materiales que magistralmente seleccionados y combinados, untaba con látex y pigmentos puros, uniéndolos en cajas de madera con resultados sorprendentes, gracias a su exquisita sensibilidad”18.

En los últimos años, Guardiola se había centrado mucho en su labor pictórica, confirmando su personalidad artística. Mientras, yo estaba centrado en la terminación de mi tesis doctoral sobre la arquitectura residencial de los años 50 y 60 en Alicante19, en la que Juan es destacado protagonista. Por ello, desgraciadamente, no he seguido disfrutando de aquellas charlas que pude prodigar desde 1993, año en que le conocí, y durante los 10 años siguientes. La última vez que hablé con él fue para preparar una ponencia para un Congreso Internacional de arquitectura, en la que analizaba su planeamiento turístico en el entorno norte de Alicante20, repleto de referencias a la arquitectura española e internacional. Además de las ya comentadas, cabe destacar una cita a la arquitectura de Gio Ponti realizada en el proyecto de la esbelta torre VistamarF7, 8 (la Albufereta, 1962) en la que destaca la forma aerodinámica de su planta21 y el diseño de la celosía posterior, realizado en colaboración con el escultor Miguel LosánF9.

Para entender la personalidad de Juan Guardiola, es imprescindible una visita a la finca Capucho: su vivienda y estudio. De la misma forma que la antigua arquitectura de la casa se funde con los añadidos proyectados por Juan; que la vegetación cobija, atrapa y esconde los diferentes cuerpos edificados; que los objetos esculpidos o los cuadros pintados por él aparecen, de repente, en cualquier rincón de la casa o del jardín; de esa misma forma, compleja y coherente, minuciosa y espontánea, era la personalidad de nuestro protagonista. Para comprenderla, también hay que conocer su producción pictórica, muy cercana a la escultura, que afloraba continuamente en su arquitecturaF32, 34. La suerte de todo artista, de todo arquitecto, es que su obra se expresa por sí sola. De esta manera, el breve resumen de su trabajo es el principal argumento para que, en estos momentos, podamos alegrarnos reviviendo el legado artístico y construido de Juan Guardiola Gaya.

Su obra es fundamental para entender el desarrollo arquitectónico y urbanístico de las ciudades de Alicante y Benidorm. Pero, si hablamos únicamente de arquitectura turística, el interés de la figura de Guardiola en el ámbito de la Comunidad Valenciana, hay que hacerlo extensivo al de toda la arquitectura turística española. No soy partidario de afirmaciones grandilocuentes ni de valoraciones subjetivas, sobre todo si vienen de la mano de una buena relación personal. Por ello, quiero apoyar mi afirmación, además de en calidad de la arquitectura turística expuesta, en un dato objetivo de cierto peso: en 2002, diversos Colegios de Arquitectos publicaron un catálogo de la arquitectura turística22 producida en prácticamente todo el arco mediterráneo y Canarias. Fueron seleccionadas unas 525 obras construidas divididas, al 50%, en dos grupos correspondientes a dos niveles de interés. En dicha selección, Guardiola es autor de diez obras (7 de primer nivel y 3 de segundo), siendo el segundo arquitecto por número de proyectos publicados por detrás, únicamente, de la figura de Antonio Bonet Castellana.

Por todo lo expresado, parece acertada la distinción, del Colegio de Arquitectos de la Comunidad Valenciana, de Mestre Valenciá d’Árquitectura 2005 a la persona de Juan Guardiola Gaya, que no hace más que reconocer su valía profesional y su continua dignificación del trabajo de arquitecto. Tengo que concluir, a nivel personal, dándole las gracias a Juan por aquellos deliciosos momentos que pude compartir con él. Gracias por su arquitectura, gracias por todo aquel cariño que percibí con intensidad y que, desde luego era, y es, recíproco.

Justo Oliva Meyer. Arquitecto
Profesor Titular (EU). Departamento de Expresión Gráfica y Cartografía. Universidad de Alicante
Diciembre, 2005

Another adventurous path taken by Guardiola sought to make the living room resemble a glass box set back between the floor structures. These protect the transparent planes from the sun and provide a generous outdoor room that serves as a balcony. In some cases the living room only presents one glazed faceF8, but when it is placed on a corner a glass L is formedF3. The final stage is a space glazed on three sidesF5, transferring the paradigm of the glass house surrounded by a natural landscape to a high-rise residential building type. The model of an unbuilt unique building (Alicante, 1962) provides a clear explanation of this ideaF6.

Guardiola enables us to follow the gestation of two different types of linear tourist apartment blocks, one accessed by independent staircase nucleiF2 and the other by a continuous deck to the rearF8. Different types of tower block can also be distinguished: a square floor plan (favoured by his planning), a long rectangular plan parallel to the sea or a cross-shaped plan organised around a spiral access system. A previous issue of ViA arquitectura gives examples of each of these solutions8.

Around 1965, the local middle classes began to feel the need for a second home at the seaside with an image in accordance with their city homes. Guardiola responded to this demand in two unique projects. La RotondaF10, a development that has been amply documented in a previous issue of ViA Arquitectura9, was a typological feat: a square tower block, a linear high-rise block, a linear block of triplex housing and a staggered block of duplex houses. These types are accompanied by different formal approaches, unified by using the same materials, by a carefully-designed central green space and by the overall coherence of the project, where the fragmented volumes are an appropriate response to the setting. The best example of this coherence is his formalist approach to the tower, a large pagoda-prism that acts as an urban landmark, signalling the beginning of San Juan beach.

Another view of bourgeois holiday housing is La Chicharra10, designed as a single, powerful buildingF11, 12, which has links with some of Le Corbusier’s approaches. This block is a holiday Unité placed in a large green space that makes its density reasonable. It is a large concave screen that interacts with the landscape (the bay of Alicante) and recovers the acoustic component of the landscape that Le Corbusier defined when he sited his sinuous Redents to face the sea in his plan for Algiers (1930)11.

Guardiola continued to be a prominent figure in the tourist architecture of Alicante until the mid-1970s. As the years went by, the speculative character of these projects increased: mass tourism was already a reality by the mid-1960s. The model of the Albufereta urban complex (ca. 1965)F13 is very different from the initial model of 1961, as its density is more restrained and balanced12. Equally, the continuous rear access deck type, suitable for beach areas, was pressed into the service of speculative development. Guardiola had been testing different types of housing to solve the lack of privacy in these blocks, but from 1965 onwards he partly abandoned this investigation and centred on the form of the buildings. Their scale increased considerably, both in height and length. Large, straight, linear blocks appeared, but if the shape of the plot or the lie of the land did not allow these, they zig-zagged or snaked to adapt to the site.

This was the case in a large, linear block, hugging the hill, in the Albufereta complexF13 (ca. 1964) that should have stretched to Alicante and been around two kilometres long, forming a seaward façade along the entire bay, as in Le Corbusier’s proposals for Rio de Janeiro (1929-1936) and Algiers (1939)13: urban utopia at the service of the all-out development policy. Years later, in the Club del Mar developmentF14 (1967), Guardiola used a large, curved, irregular block to organise a street block interior at San Juan beach, leaving its south-east corner free for communal facilities. Whereas the ratio of building volume to free space was adequate in La Chicharra, here the summer apartments return to denser social housing standards as a suitable response to the tourist boom. In a sense, a number of social housing complexes by Reidy for Rio de Janeiro or by Luigi Carlo Danero for Genoa14 provide a reference for these projects around Alicante.

Urban projects for a consolidated city

Guardiola’s strictly tourist architecture has a counterpart in the rationality of his first city buildings in Alicante. Initially, his projects for the city were few, but the first important examples constitute a very coherent body of work. Rather than the international styling that was taking root in the city, with buildings composed in horizontal bands, Guardiola introduced the idea of a double façade, superimposed on the external envelope.

He used these superimposed façades, made of light materials supported by metal sections, to control the sunlight, ensure the privacy of the interior and achieve a geometrical simplification that gives uniformity to the entire façade. While the façade is fragmented in the first instance (Plaza Navarro Rodrigo 11, 1962)F15, in the three subsequent examples (Calle Vázquez de Mella, 1962F16; Calle General O’Donell 10, 1964; Avenida Alfonso el Sabio 52, 1963) it is a continuous projecting grid, marked by a metal structure, with cells that are left empty or filled with screenbricks.

In the mid 1960s, Guardiola had built up a clientèle and commissions for urban projects became frequent. His response was not totally dissimilar to the horizontal styling mentioned aboveF17, 27, encouraged by regulations that allowed the entire façade to project. In these cases, he compensated for the horizontal monotony by loading his buildings with textures, shaping a language that was to strike a strong chord with the local bourgeoisie from 1965 onwards. In some major works, his investigation of materials and volume solutions contributed to the balance between the use of textures and the composition of the building. Two good examples, which face each other, are quite different despite dating from the same time (Calle Reyes Católicos 20-22 (1964)F18 and 24 (1965)F17, at the intersection with Calle Portugal). While the former breaks with horizontality, the second evocatively introduces the balconied look from the beach settings into the city centre.

Guardiola’s revision of modernism in his urban works is expressed by two buildings that reinterpret a type of façade which had its heyday in the 1960s, the curtain wall, through personal solutions which are a far cry from commercial products. While the block of flats (corner of Av. Alfonso el Sabio and Rambla Méndez NúñezF19, ca. 1965) has wooden joinery alternating with stretches of tile-clad masonry, in the Gerona office buildingF20 (1965), where Guardiola installed his studio on the top floor, the coldness of the curtain wall becomes a warm, three-dimensional play on geometry.

During the 1970s his bourgeois architecture became very popular in Alicante. His success fed his tendency to ornateness in his city buildings. The best examples of the final stage of this process are the new Casino buildingF21, a paradigm of the bourgeois type (Explanada, 1976), the Santa Lucia office building (Rambla, 1977) and a block of flats (Plaza de Los Luceros 12, 1976)15 with a striking formalist approach that is strengthened by its glazed brick envelope and the semi-spherical finishing touch to its circular balconiesF22. This architecture could be criticised for an excess of textures and plays on form but it also shows him to have been a skilled architect. Juan used to boast that half the draughtsmen in his studio spent their time expanding specific working details to a large, often even real, scale.

He did not like my describing his city architecture from 1965 to 1979 as bourgeois. However, at a talk we gave together at the Alicante School of Architecture (1999), he did acknowledge that this was not the part of his work that satisfied him the most. Proof of this is provided not only by the change found in his later work, but also by the coexistence of this architecture with works of pure volumes and uniform skins. This happened in two buildings on city centre corners: the old CTAA headquartersF23 (corner of Calle Gerona and Calle Jerusalén, 1977) are a prism of white artificial stone and uniformly-arranged openings16, while the garage (corner of Calle Pascual Pérez and Calle Navas, 1979)F24 employs a more personal language, using continuous stone cladding and vertical slits in freer, more original rhythms.

40 years designing for Benidorm

In the 1980s Guardiola was no longer designing buildings for Alicante. Architects were finding commissions increasingly scarce and lifelong clients were the best guarantee of work. This was the case of the Benidorm developer Coblanca: Guardiola designed most of its buildings between 1963 and 2000. While the Coblanca 1 buildingF25 (the first skyscraper in a skyscraper town) was the same type of tower block as his Alicante buildings from the same period, subsequent towers show a growing tendency to formalism that was suitable for insertion into this paradigm of a tourist town. This tendency was in keeping with the bourgeois solutions that Guardiola was designing for Alicante at the same time. However, in Benidorm the textures were not as important as his concern for volume composition.

Here, in the Benidorm tower blockF26, Guardiola achieved something that he had already managed in the La Rotonda development at San Juan beach: he created a unique building in an open setting. The tower is sited on the corner of two large avenues, using their intersection as the centre line of symmetry, which enhances the striking play on volumes achieved through the design of the various model floor plans. Although Juan cited the Velasca tower (BBPR, Milan, 1958) as a reference, this building appears to be more directly related to the Atalaya building (Correa, Milá and Sanz, Barcelona, 1966), turning again to Catalonia.

Different formal experiments can be found in the various Coblanca buildings. Sometimes the projects present variations on compositions already tried out in Alicante, as in Coblanca 3, where the tower becomes very concave, straining the expressiveness of the gentle curve designed a year earlier for La Chicharra. Only exceptionally (Coblanca 5, 1971)F28 did Guardiola bring to Benidorm the textured language and curved geometries that had proved so popular in the province’s capital.

He became convinced that the peculiarities of this town required a language of their own, suitable for developing his own personal view of architecture. Guardiola and Benidorm enjoyed an idyllic relationship lasting over 40 years, punctuated by very diverse events. The Coblanca 14 building, diagonally facing the Benidorm tower, signified a new, contemporary line of formalism. The fragmentation, directional reading and pursuit of singularity of the Benidorm tower were transformed into a unitary approach, isotropic visualisation and the will to integrate with the character of the townF27.

La Noria shopping centreF29 (1979), sited behind the Benidorm tower, was a new urban landmark for Benidorm. What makes this project important is how the tower is sited on a two-storey commercial podium that absorbs and redirects all the surrounding circulation areas. The commercial brief is formed around a public space which, like an agora, colonises private space as a commercial attraction. This complex was a new type in Benidorm’s expansion. It integrated perfectly into the daily life of a town that is synonymous with leisure and shopping and, moreover, which lacked representative public spaces.

From the 1980s onwards Guardiola was essentially working in Benidorm. His main project was the Murtal 1 area plan (1979-2000) for the Poniente (western) town extension, where Juan materialised his vision of the last 20 years of tourist town planning and consolidated a new image of high-rise buildings with which he felt very much at homeF30. He saw the towers as clean-cut prisms with orthogonal faces clad in facing brick, very precise but with some texturing. Guardiola returned to his rationalist origins but sought strength in the serenity of pure volumes and the constructive character distilled by his mastery rather than in geometric compositions. He enjoyed designing the meeting of building and plot in the shared ground floor and garden areas, generating an atmosphere of transition between artifice (architecture) and nature (the ground and the landscape)F30. It is here that carefully-designed textures make their appearance, combining natural stone, brickF31, joinery and vegetation.

In this way, Guardiola managed to root the Murtal 1 area plan in surroundings dominated by a difficult terrain. Jose Luis Camarasa, municipal architect of Benidorm and a friend of his, who expressed this idea as follows: “(Juan) was extraordinarily sensitive to the conditions of place, to the landscape, when it came to urbanism and planning (...). The rough terrain of the Poniente (town extension) was a spur to implanting the buildings in a natural way, without stridency, at the same time as modelling the gardens, which he loved to design, personally choosing the right place for each species17”.

Guardiola enjoyed designing the gardens for his projects. He used them as an element that related the different volumes of his projects to each other and to their surroundings. The El Murtal 1 area plan and La Chicharra and La Rotonda developments are exemplary instances of this meticulous work, based on a good knowledge of each of the plant species which he himself experimented with in the garden of El Capucho, his studio-house. In San Juan Municipal Park (1989) he was able to develop his idea of a garden space, a public one in this case, combining the plants with his mural textures and designing built, almost structural elementsF33.

Well-deserved recognition for an architect and artist

I will always remember my chats with Juan, full of irony and criticism, which showed the immense delight he took in his work. Every week he would explain the project he was engaged in and would justify each of his hand-drawn lines. Obviously, a computer had made its way into his studio, but only to process the drawings that Juan had already made with such care. His plans were not just technical documents, they included colour and numerous textures. Another personal touch, in his later years, was that he often used collages and photo-montages, particularly when drawing elevationsF31, 35. This working method was related to his artistic interestsF36, which Dionisio Gázquez outlined so well: “As well as training as an architect, (Juan) also studied at the Llotja Art School in Barcelona and mixed with Ruiz Pipó, Clavé and the painters linked with the Dau al Set group. (...) He loved art brut aesthetics and his favourite pictorial technique was assembly, based on objets trouvés. (..) He hoarded everything he came across, seeking beautiful plastic qualities or magical symbolic connotations in apparently insignificant objects. Alongside valuable contemporary paintings, sculptures or ceramics, in his Picassian studio you could find iron shavings, old doors, threshing teeth, windows, old keys, bits of wood, rusty cans, olive roots and so on. (...) Skilfully selecting and combining these materials, he would paint them with latex and pure pigments and assemble them in wooden boxes, achieving surprising effects through his exquisite sensitivity18”.

In his last years Guardiola largely concentrated on his pictorial work, confirming his personality as an artist. Meanwhile, I was focussing on finishing my PhD thesis on the residential architecture of the 1950s and 60s in Alicante19, in which Juan plays a major rôle. Because of this, unfortunately, I did not continue to enjoy the frequent chats I had had with him over the previous 10 years, since I first met him in 1993. The last time I spoke to him I was preparing a talk for an international architecture conference, in which I examined his tourist town planning in the northern part of Alicante20, full of references to Spanish and international architecture. As well as those already mentioned, there is a reference to Gio Ponti’s work in his slender Vistamar towerF7, 8 (la Albufereta, 1962), notable for its aerodynamic floor plan21 and the design of the rear screenwall, in collaboration with the sculptor Miguel LosánF9.

To understand Juan Guardiola’s personality, it is essential to visit El Capucho, his home and studio. In the same way as the old architecture of the house blends in with the additions he designed, the vegetation shelters, ensnares and hides the different parts of the building and paintings and sculptures by him suddenly appear in some corner of the house or garden, he was complex and coherent, meticulous and spontaneous. To understand his character, one also needs to discover his pictorial work, very close to sculpture, which surfaces continually in his architectureF32, 34. All artists, and all architects, are fortunate in that their works speak for themselves. This brief summary of his work is, therefore, at this sad time, a good way to gladden our hearts by reliving the artistic and built legacy of Juan Guardiola Gaya.

His work is essential to an understanding of the architectural and town planning development of Alicante and Benidorm. In terms of tourist architecture alone, however, the interest of Guardiola’s work is not confined to the Valencia region but extends to all the tourist architecture in Spain. I am not in favour of grandiloquent statements or subjective assessments, especially when a good personal relationship is involved. I would therefore like to base this assertion not only on the quality of the tourist architecture cited here but also on an objective fact that carries some weight: in 2002, a number of Colleges of Architects published a catalogue22 of the tourist architecture built along practically all the Mediterranean coastline and in the Canary Islands. The 525 selected works were divided, 50/50, into two levels of interest.  They include ten works by Guardiola, making him the architect with the second-largest number of projects selected (7 in the first level and 3 in the second), surpassed only by Antonio Bonet Castellana.

Consequently, the Mestre Valenciá d’Arquitectura 2005 awarded to Juan Guardiola Gaya by the College of Architects of the Valencian Community seems a just recognition of his professional worth and his having continually dignified the work of architects. On a personal note, I would like to end by thanking Juan for all the delightful moments he shared with me, for his architecture and for all the affection he gave me, which I felt very strongly: it was, and is, reciprocal.

Justo Oliva Meyer. Architect
Tenured Lecturer (University School). Dept. of Graphic Expression and Cartography. University of Alicante
December 2005