Junto a los planes de desarrollo, las campañas estratégicas y las políticas empresariales agresivas subsisten las economías accidentales. No sólo las de la pobreza, sino las de la individualidad, que no cuentan con un aparataje extenso de personal y recursos. Los nuevos piratas, las nuevas estrellas, los nuevos protagonistas de la polémica son ricos efímeros. Ellos conviven con los que sobreviven en entornos devastados aplicando principios de inteligencia económica, de conocimiento del medio: los nuevos lazarillos. En torno a todos construimos un método de pensamiento, una filosofía de lo precario, con la constante aplicación de la experiencia a la teoría. Se trata de una lógica vital que convierte el accidente en refugio.
Las instituciones clásicas, religiosas, judiciales, científicas o militares, son como un barco demasiado grande y pesado, requieren reparaciones constantes, pierden combustible, contaminan. Siguen surgiendo instituciones modelo "Titanic", pero ya no tienen la presencia moral de las antiguas –los clubes deportivos–. Hoy existe la capacidad social y colectiva de reunirse en un lugar indefinido, no cartografiable. Las asociaciones contemporáneas más difundidas no surgen en torno ala abundancia o el poder, sino en torno ala gratuidad –los defensores de Linux–. Son pseudoinstituciones, sin sede, sin argumento moral, sin fondos.

The classic institutions, whether religious, legal, scientific or military, are like an over-sized, over-heavy ship in constant need of repairs, leaking fuel and polluting. Institutions are still being formed on the Titanic model –sports clubs– but they no longer have the moral impact of the old ones. Nowadays we have the collective and social capacity to meet in an undefined, unmappable place. The rhost widespread contemporary associations are not based on abundance or power but on freeness –the partisans of Linux. They are pseudo-institutions, with no headquarters, no moral arguments and no funds.